CARRETIANDO
Abastecidos por grandes mercaderes. Distribuyen olores y sabores de cosecha. Giran el circuito de la ciudad voceando los variados nombres. Llevan en sus carricoches la madurez de frutas al viento. El círculo se cierra. Deben vender esta y la siguiente cosecha. Saben que al comenzar, todavía están verdes. Al cierre, han perecido. Están invendibles, podridas.
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