miércoles, 30 de marzo de 2011

Entrevista a Arturo Guerrero sobre Alfredo Molano




Entrevista a Arturo Guerrero sobre Alfredo Molano

Por Silvia Ahumada Rueda

Hice la entrevista sobre Alfredo Molano, al periodista y escritor Arturo Guerrero Ramírez, radicado en Bogotá, nacido en Cúcuta.

Periodista que ha trabajado en diferentes medios de comunicación: prensa, radio, televisión, y agencias de noticias internacionales.

Le fue otorgado el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en 1981.

Ha hecho periodismo, económico, cultural, laboral, de política internacional.

Hace 25 años es columnista. Actualmente trabaja en el diario El Colombiano de Medellín. Además colabora con otros medios de comunicación como freelance.

Ha publicado: recopilación de crónicas de viajes, recopilación de columnas de opinión, ensayos, temas de ficción, novela.

Arturo Guerrero dicta talleres de capacitación en una entidad que se llama Medios para la paz en Colombia, para periodistas de todo el país, sobre como cubrir el conflicto armado. Su especialidad es el análisis de contenido.

(http://lacomunidad.elpais.com/gilma-gamez/2009/1/17/medios-la-paz-colombia).

Hablemos sobre Alfredo Molano

Podríamos empezar por hablar de las diversas modalidades en las que trabaja. La columna de opinión en el Espectador, sus libros, sus trabajos en televisión, y sus batallarles específicamente sociológicos.

Para esta conversación, pienso en sus columnas y sus libros.

Molano no es un periodista de formación, es decir, no estudió comunicación ni periodismo. El es sociólogo de la Universidad Nacional, con un posgrado en Francia. Habiendo concluido estudios no recibió diploma.

Desde temprano Alfredo Molano incursiona en el ejercicio de su profesión, en prensa, con crónicas y con investigaciones de la vida de los campesinos en Colombia, particularmente en los llanos orientales, pero también en muchas partes de Colombia.

Me parece que con el transcurrir de sus columnas, va adquiriendo cada vez más un sentido crítico.

Por fortuna tiene una formación en ciencias sociales, en este caso sociología, luego incursionara en el periodismo. Pienso que así deberían ser las cosas. Alfredo Molano se destacó inmediatamente porque tenía un punto de vista, una sólida formación en investigación, y sobre todo porque hizo una ruptura con la academia. Específicamente con la academia francesa que es la más racionalista y la más rígida.

Entonces, logró tener presencia en el periodismo. Siendo el periodismo lo más antiacadémico que existe. Uno no puede escribir en un periódico como escribe las tareas de la universidad y mucho menos las tesis de grado y mucho menos en Francia. Él rompió con eso, pero no rompió con todo el conocimiento que había obtenido.

Ese es el gran valor. Enseña mucho a los periodistas, aporta un punto de vista sobre la investigación, un método sobre la escritura, la manera de escribir y sobre todo un compromiso con el país y con las victimas, con los despojados digamos de la historia del país, y eso lo hace también en sus columnas de una manera muy profesional: porque no hay cosa que él diga que no tenga un respaldo investigativo muy grande, muy fundamentado con cifras, datos, nombres , hechos. Él no es un opinador gratuito. Creo yo que ha hecho avanzar el periodismo, dado que Alfredo Molano tenía todo ese bagaje anterior.

¿Que piensa del caso Araujo en la Trayectoria de Alfredo Molano?

Eso fue un hecho muy importante en la vida del periodismo de opinión en Colombia, porque Molano fue absuelto el año pasado cuando se definió en un juzgado la absolución. El caso movilizó a los periodistas a favor de él, interesó a muchos colegas, se creó un movimiento por internet, se asistía a los juzgados, se percibió solidaridad. De lo que sucediera en el caso Araujo-Molano, dependía un precedente jurídico. Así, que los columnistas tendríamos a qué atenernos de ese resultado.

El siguiente episodio, de hace apenas dos meses, similar al caso Araujo-Molano, ocurrió entre Claudia López y Ernesto Samper. Creo yo que lo de Molano fue un antecedente importante, de manera que se sentó una doctrina.

Un punto importante en la trayectoria de Alfredo Molano como periodista.

¿El estilo hace al hombre?

Es muy importante.

Existe un documento como de hace año y medio en el que Molano explica, cómo llegó a su estilo. Sucedió en una reunión de “colombianistas”, de esos gringos expertos en Colombia.

Para mi es muy interesante, porque es donde él muestra su pelea con la academia.

Alfredo Molano dice que le querían exigir en su tesis de posgrado en Francia y específicamente Daniel Pecaut, el intelectual francés conocido en Colombia, experto en el tema Colombia, a poner citas positivistas en todas sus redacciones, de tal manera que tendría que ir justificando cada afirmación, cada personaje.

Llegaron a dudar de lo que él escribía. En un trabajo que se refería precisamente al costo de la tierra en Granada – Meta-, presumieron que inventaba declaraciones que ponía en los personajes o en los campesinos y no se sabía qué era inventado y qué era real.

Entonces él dio el debate, peleó, dijo que eso era como una especie de licencia literaria. Eso lo llevó a que no se pudiera graduar, no le dieron el grado.

Hizo una ruptura, muy importante para él, porque descubrió el método que él llamará el de las “historias de vida”.

Historias de vida consiste, en entrevistar a muchos personajes, campesinos, perseguidos, victimas, etc.

Luego crea un prototipo, unas voces a las que les pone nombre propio, a las que les pone a decir no solo, lo que dijo una sola fuente, sino que compone entre varias fuentes, la voz del personaje.

“Yo le pongo carne y sangre a un esqueleto, pero de varias procedencias”.

Entonces, eso se acerca más a la literatura, incluye bastante de su subjetividad se aleja de la objetividad, que piden tanto la academia como el periodismo de la vieja guardia, porque ahora ya la objetividad esta mandada a recoger en el periodismo.

Alfredo Molano logró demostrar que lo que compone, en esos personajes, no es falso ni inventado, cada declaración corresponde a algo que él ha oído, que le han dicho, solo que no lo atribuye a cada personaje de manera taquigráfica, dice que graba, pero que su trabajo no consiste en transcribir, sino en escribir, distingue entre transcripción y escritura.

Transcripción seria la copia simplemente fotográfica o literal de lo que dice cada uno de los entrevistados, mientras que la escritura incluye la composición de personajes.

Dice que de esa manera rescató el lenguaje de los campesinos, de los sicarios, de los bajos fondos, en fin. Que para él, historias de vida tiene muchas virtudes, tiene una cantidad de ritmo, de arcaísmos, de ocurrencias, de vitalidad, que le enseña más que cualquier tratado o cualquier libro aburrido de sociología o de historia.

Me parece que con ese método subjetivo, literario, ha enriquecido a la vez a la sociología y al periodismo, aunque los sociólogos obviamente no lo consideraren así.

Lo han tratado como de marginar por no ser tan apegado a todos los cánones rígidos de la ciencia. Creo que el país conoce sus libros, conoce sus columnas, las lee, ha logrado un impacto mucho mayor que todos sus colegas sociólogos, con sus ladrillos que nadie lee y que están empolvando las bibliotecas de las universidades.

1 comentario:

  1. Qué bueno leer este comentario de Arturo Guerrero sobre Alfredo Molano precisamente hoy, cuando Molano acaba de ganar el Premio a Vida y Obra que ofrece Seguros Bolívar. Merecidísimo. Gracias.

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